Protección contra personas vampirizantes de
vitalidad
Cuando tratéis con una persona que chupa
vuestra vitalidad, entrelazad vuestros dedos, y depositad vuestras manos
cruzadas sobre vuestro plexo solar, manteniendo vuestros codos presionados
contra vuestros lados. Mantened vuestros pies tocándose uno al otro. Habéis
contactado así todos vuestros terminales y habéis hecho de vuestro cuerpo un
circuito cerrado. Ningún magnetismo saldrá de vosotros mientras mantengáis esta
actitud. Vuestro amigo se quejará probablemente de vuestra falta de simpatía,
pese a lo amablemente que podáis hablar.
Protección contra personas manipuladoras
Si alguien trata de dominaros mirándoos
fijamente a los ojos, no tratéis de devolver mirada por mirada, pues esto sólo
conduce a una lucha agotadora en la que podéis llevar la peor parte, sino que
mirad fijamente al punto justo por encima de la base de su nariz, entre los
extremos internos de las cejas. Si estáis tratando meramente con un bravucón
ordinario tendréis inmediatamente el control. Si, sin embargo, vuestro
antagonista tiene conocimiento del poder mental, podéis no ser capaces de
dominarle, pero él ciertamente no será capaz de dominaros, y el resultado serán
unas tablas. No tratéis de dominarle, mantened meramente vuestros ojos sobre el
punto y aguardad a que se canse de su intento por dominaros. No tendréis que
esperar mucho.
Por el uso de los métodos descritos en
las páginas precedentes cualquier persona de coraje y mentalidad normales,
supuesto que evite las drogas, el alcohol y largos períodos sin alimento (porque el ayuno hipersensibiliza y se
siente más la energía del ataque), puede, si no pierde su
valor, desgastar cualquier ataque psíquico ordinario; o en el caso de ataques
de potencia anormal, puede al menos asegurarse un tiempo para hacer buena su
escapatoria y buscar ayuda.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario